Un indignante caso de maltrato animal consternó a la comunidad del municipio de Tuluá, ubicado en el Valle del Cauca. Yogui, un perro que iba a recibir la eutanasia, en lugar de eso fue torturado con descargas eléctricas que cruelmente le ocasionaron la muerte. Por fortuna, su caso no se quedó impune y las autoridades tuvieron importantes avances en la investigación.

En septiembre del año pasado, se conoció el caso de Yogui en las redes sociales de la Fundación Derecho Animal Colombia. La organización expresó que, dentro de una vivienda ubicada en el barrio Diablos Rojos del mencionado municipio, un médico de la Alcaldía Local le propinó una muerte violenta a un canino que esperaba una muerte asistida.

"Este "profesional" con dos cables conectados a la energía le propinó la muerte, en vez de realizar un procedimiento de eutanasia de manera correcta. Según los testimonios de los vecinos que observaron el caso, este señor lo hizo SIN ANESTESIA", se lee en la denuncia pública.

De acuerdo con la información divulgada por la Fiscalía General de la Nación, dicho tratamiento debía incluir la administración de cuatro pastillas destinadas a garantizar una muerte sin dolor. Sin embargo, el veterinario optó por un método alternativo con descargas eléctricas que le causaron bastante dolor al canino, lo dejaron inconsciente y posteriormente le causaron la muerte.